Para muchos, el verano es la estación más esperada del año. Razones para ello no le faltan, ya que los meses de junio a septiembre, además de altas temperaturas y días largos y soleados, también son sinónimo de vacaciones, escapadas a la playa y otras actividades al aire libre que serían impensables en cualquier otro momento. Ahora bien: aunque el termómetro hace posible este abanico de propuestas, esta es un arma de doble filo, ya que el exceso de sol puede tener efectos no deseados para la salud. Para evitarlos, es imprescindible saber cómo cuidar la piel en verano. Te lo contamos a continuación.
Sin duda, el mayor peligro al que se enfrenta nuestra piel en verano son los altos índices de rayos ultravioletas, ya que pueden ocasionarle daños irreversibles. Con el paso del tiempo, incluso, pueden llegar a tener consecuencias graves. Como bien sabes, la exposición solar prolongada y sin protección presenta riesgos para la piel, como las quemaduras solares, el envejecimiento prematuro de la dermis o la aparición de alergias y manchas en la piel. En los casos más severos, pueden provocar cáncer (melanomas y carcinomas).
Aunque siempre se debe tomar el sol con moderación, hay personas especialmente vulnerables a las radiaciones ultravioletas. Por eso, deberás extremar las precauciones si reúnes alguna de estas características.
De todos modos, exponerse demasiado tiempo al sol no es el único riesgo para la piel en verano. También hay que tener en cuenta que el alto contenido en cloro del agua de la piscina puede resecar la piel, el pelo y las uñas.
Dicho esto, pasamos a darte algunas recomendaciones acerca de cómo cuidar la piel en verano.
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