El relleno de arrugas es uno de los grupos de tratamientos más demandados entre los tratamientos antiedad. El envejecimiento natural provoca toda una serie de efectos en nuestra piel, siendo uno de los más visibles la formación de arrugas y líneas de expresión. Con los tratamientos de armonización facial se consigue combatir este efecto devolviendo a la piel su volumen y tersura originales, consiguiendo así un resultado mucho más natural.
Combatir las arrugas de este modo permite realzar la belleza natural de cada rostro y devolverle unas facciones definidas y a la vez relajadas, anulando los efectos del envejecimiento, que tan a menudo se ven agravados por los malos hábitos y el estrés.
En Grupostop te vamos a hablar sobre nuestro tratamiento de relleno de arrugas para armonizar la piel. ¡Conócelo!
¿Cómo funciona el relleno de arrugas?
Los efectos del envejecimiento sobre la piel son múltiples. Se pierde firmeza, la piel pierde agua y también grasa y el espacio entre las células pierde su relleno natural dando lugar a una piel flácida, menos firme y lozana: aparecen las arrugas, tanto de expresión como estáticas.
Todo esto ocurre tanto a causa del envejecimiento natural, por el que todos pasamos tarde o temprano, como por culpa del estrés o los malos hábitos de vida: el tabaco, el alcohol, la contaminación del aire, la mala alimentación y los hábitos de sueño poco saludables son todos factores que se suman y aceleran este envejecimiento, y si no se combaten a tiempo pueden dar lugar a un castigo muy prematuro de la piel.
Los tratamientos faciales de relleno de arrugas funcionan inyectando sustancias, habitualmente de origen natural, que vuelven a ocupar esos espacios entre las células cutáneas, devolviendo a la piel su volumen y tersura y reduciendo el surco o hueco dejado por la arruga.
Estas sustancias suelen actuar además como hidratantes y tienen la capacidad de captar y retener el agua, lo que provoca ese efecto de una piel joven y brillante, más tierna y suave. En una piel joven, estas sustancias están ya presentes de forma natural, pero el organismo se va volviendo menos hábil produciéndolas y a partir de ciertas edades deja de hacerlo por sí mismo, por lo que es necesario reponerlas o estimular a la piel para que vuelva a trabajar de algún modo.
Este proceso suele empezar a partir de los 25 años, haciéndose mucho más notable en las mujeres a partir de los cambios producidos por la menopausia, dejando la piel más delicada, fina y delgada.
¿Se pueden prevenir las arrugas?
Las arrugas son una consecuencia natural del envejecimiento de la piel y, por tanto, no pueden evitarse por completo: tarde o temprano aparecerán. Sin embargo, siempre es mejor tarde que temprano, y en este aspecto sí es posible actuar sobre diferentes factores para retrasar al máximo posible el envejecimiento de la piel, al margen de la cuestión genética.
Para empezar, y aunque sea difícil conseguirlo, es importante intentar alejarse todo lo posible del estrés, uno de los principales factores de envejecimiento sobre la piel. El tabaco y el alcohol también son importantes agentes de envejecimiento, por lo que de nuevo, cuanto más los evites más tardará tu piel en mostrar signos de castigo.
Dormir 7 horas al día con una buena salud y calidad de sueño es igual de importante, y mantener una alimentación sana y equilibrada, rica en frutas, verduras y con todos los nutrientes necesarios, resulta también un factor clave. Evita los excesos de grasas, tanto de origen animal como de frituras, reduce al mínimo el consumo de azúcares y edulcorantes y también de harinas refinadas; las integrales son mucho más sanas.
La hidratación es otro elemento básico, por lo que resulta tan importante beber al menos un litro y medio de agua al día, preferiblemente dos, y deben ser de agua: el alcohol deshidrata y los refrescos suelen ir acompañados de grandes cantidades de azúcar.
Proteger tu piel del castigo del sol es también vital, pues aunque necesitamos exposición al sol para generar vitamina D, los rayos UV suponen un gran castigo para la piel, que se va acumulando año tras año. En verano, evita siempre que puedas las horas de mayor radiación solar y usa gorras o sombreros para proteger tu cabeza y rostro. Por supuesto, la protección solar es necesaria siempre que empiece a llegar el calor.
Los ejercicios de gimnasia facial y los masajes sobre el rostro son grandes aliados, y numerosos tratamientos de medicina estética no invasiva te ayudarán a mantener la piel sana y joven durante más tiempo, incluso antes de que las arrugas sean importantes.
¿Qué tipos de tratamientos existen para rellenar arrugas?
Existen numerosos tratamientos para arrugas de expresión y arrugas estáticas. Los labios y los ojos, centro de nuestra expresividad facial, son de las zonas que más acusan el envejecimiento y, por tanto, los tratamientos de relleno de ojeras y de aumento de labios son de los más demandados, quitando muchos años al rostro.
Otros tratamientos muy populares son el de hidroxiapatita cálcica, que ayuda a suavizar las líneas de expresión y devolver volumen al rostro mediante microinfiltraciones, o el de mesoterapia facial, que devuelve la juventud y luminosidad a la piel al inyectar sustancias ricas en nutrientes clave para la piel, con vitaminas A,B,C,E y K, así como antioxidantes, aminoácidos y minerales.
En cualquier caso, todos estos tratamientos son medicina estética no invasiva, que se realizan sin anestesia general y que no impiden continuar con el día a día, pues no es necesario internamiento.
¿Cuánto tiempo dura el efecto de relleno de arrugas?
Cuando la sesión de tratamiento termina, es habitual y normal sentir cierta hinchazón, molestia o enrojecimiento que suele marcharse en las primeras 24 o 48 horas. Tras esto, los resultados de los diferentes rellenos podrán apreciarse casi inmediatamente, aunque tardarán un poco más en alcanzar toda su dimensión.
Cuánto duren después depende en gran medida de cuánto tarda cada organismo en reabsorber los productos de relleno, puesto que es lo que les ocurre al ser naturales y compatibles con la piel. Dependiendo de las características innatas de cada tipo de piel y de los hábitos de vida de la persona, estos durarán más o menos, aunque su duración media es de entre 9 y 10 meses.
Sin embargo, una vez pasados los efectos del tratamiento es posible repetirlo sin ningún problema ni contraindicación.
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