Para muchos, el verano es la estación más esperada del año. Razones para ello no le faltan, ya que los meses de junio a septiembre, además de altas temperaturas y días largos y soleados, también son sinónimo de vacaciones, escapadas a la playa y otras actividades al aire libre que serían impensables en cualquier otro momento. Ahora bien: aunque el termómetro hace posible este abanico de propuestas, esta es un arma de doble filo, ya que el exceso de sol puede tener efectos no deseados para la salud. Para evitarlos, es imprescindible saber cómo cuidar la piel en verano. Te lo contamos a continuación.

¿Qué riesgos hay para la piel en verano?

Sin duda, el mayor peligro al que se enfrenta nuestra piel en verano son los altos índices de rayos ultravioletas, ya que pueden ocasionarle daños irreversibles. Con el paso del tiempo, incluso, pueden llegar a tener consecuencias graves. Como bien sabes, la exposición solar prolongada y sin protección presenta riesgos para la piel, como las quemaduras solares, el envejecimiento prematuro de la dermis o la aparición de alergias y manchas en la piel. En los casos más severos, pueden provocar cáncer (melanomas y carcinomas).

Aunque siempre se debe tomar el sol con moderación, hay personas especialmente vulnerables a las radiaciones ultravioletas. Por eso, deberás extremar las precauciones si reúnes alguna de estas características.

  • Tienes la piel y los ojos claros y el cabello rubio o pelirrojo
  • Tienes muchos lunares (más de 50)
  • Presentas hemangiomas o manchas de nacimiento, o bien lunares atípicos (de forma irregular)
  • Tienes antecedentes familiares de melanoma
  • Está recibiendo tratamiento médico o tomando medicamentos que pueden incrementar tu fotosensibilidad

De todos modos, exponerse demasiado tiempo al sol no es el único riesgo para la piel en verano. También hay que tener en cuenta que el alto contenido en cloro del agua de la piscina puede resecar la piel, el pelo y las uñas.

Dicho esto, pasamos a darte algunas recomendaciones acerca de cómo cuidar la piel en verano.

Los mejores trucos para cuidar la piel en verano

El verano es una estación crítica para el cuidado de tu piel. Sin embargo, si la mimas aún más en estos meses, lucirá perfecta durante todo el año. ¿Quieres saber cómo? Aquí tienes nuestras recomendaciones para cuidar la piel en verano.

1. Protégete del sol en la playa, la piscina y la montaña

Este es el primer mandamiento para lucir una piel bonita y fresca en verano. Para ello, conviene aplicarse una crema o espray con un factor de protección solar adecuado. La primera aplicación debe realizarse 20 minutos antes de iniciar la exposición y repetirse con frecuencia, sobre todo después del baño. Además, es conveniente que el tiempo de exposición sea progresivo —el primer día de playa, no se deberían de superar los 20 minutos—, e irlo aumentando poco a poco a medida que la piel se broncea. También se deben utilizar sombreros, gorras, gafas de sol, camisetas y sombrillas y beber agua frecuentemente. Además, conviene evitar las horas de mayor radiación solar, aproximadamente entre las 11:00 h y las 16:00 h.

2. Hidrata tu piel a fondo después del bronceado

Aun usando un buen protector solar, el sol reseca la piel, y esta deshidratación es la causa principal de que salgan arrugas, manchas y otros signos envejecimiento prematuro de la dermis. Para que esto no ocurra, adopta rutinas de belleza que restablezcan la hidratación y favorezcan la renovación celular. Los productos aftersun y los aceites y cremas faciales y corporales y sueros serán tus mejores armas. Aplícatelos después de la ducha y al menos una vez al día. No pierdas de vista que tu cuerpo también necesita un buen hidrante.

3. Extrema la limpieza facial

La piel tiende a volverse más grasa y sensible en verano. Por eso, hay que tratarla con más cuidado. Olvídate de los limpiadores demasiado fuertes, que pueden afectar el equilibrio de la barrera protectora de tu piel y producir resecación. Para ello, elige limpiadores suaves y lávate la cara a fondo por lo menos dos veces al día. Por la noche, elimina todas las impurezas, partículas de polvo y contaminación, maquillaje y toxinas, utilizando para ello un aceite o bálsamo graso y, a continuación, un limpiador acuoso de textura ligera, como un limpiador espumoso o agua micelar.

4. Utiliza mascarillas faciales con regularidad

El mayor nivel de sudoración durante el verano puede hacer que aumente la acidez de la piel. Para evitar el exceso de sebo o que aparezcan granos, espinillas y puntos negros, es necesario limpiar los poros y evitar que se obstruyan. Para ello, aplícate una mascarilla hidrante por lo menos una vez a la semana. ¿No sabes cuál elegir? Si es así, no te pierdas nuestra selección de mascarillas caseras. ¡Verás qué cambio!

5. Procura alejarte de las ciudades

¿Sabías que el aire contaminado puede ser hasta 100 veces más peligroso que el humo del cigarrillo? Este efecto nocivo aumenta especialmente en los calurosos días de verano, cuando los niveles de contaminación alcanzan su punto más alto. Esta, unida a las radiaciones, generan radicales libres en masa, moléculas de oxígeno inestables que causan reacciones perjudiciales para la piel, como la aparición de arrugas o flaccidez. Para evitar estos y otros efectos, te recomendamos pasar el menor tiempo posible en la calle de cualquier gran ciudad y, si no es posible, incorporar a tu dieta un mayor número de alimentos antioxidantes, que ayudarán a proteger tu dermis y a darle una apariencia más joven, firme y elástica. Esto será tu gran aliado.

6. Date duchas de agua fría

El verano es el momento perfecto para disfrutar del agua fría. Aunque es posible que no las tengas todas contigo, te aseguramos que este hábito mejorará tu estado de ánimo, tu vitalidad y tu bienestar. Tomar duchas de agua fría habitualmente hará que tu piel sea más elástica y firme. Por el contrario, el agua caliente perjudica la hidratación de la piel y daña su barrera protectora natural, causando más sequedad y, con la ayuda de otras variables propias del verano, más aspereza y, a veces, incluso escamas, seborrea o picores. ¿No te atreves? En ese caso, pásate el teléfono de la ducha por las piernas y los brazos cuando acabes de ducharte. Además de lograr los beneficios mencionados, también activa la circulación sanguínea.

7. Presta atención a los ojos…

La piel de alrededor de los ojos es cuatro veces más delgada y frágil que el resto de la piel del rostro, y se deshidrata con más facilidad. De ahí que esta sea la zona en la que vemos aparecer los primeros signos de envejecimiento: patas de gallo, líneas de expresión, ojeras., etc., que dan una apariencia más cansada y envejecida. ¿La solución? Recurrir a tratamientos faciales como una buena crema hidrante, sobre todo una que sea específica para el contorno de ojos. Además de hidratar tu mirada, es importante que te la apliques todos los días por la mañana y que uses siempre gafas de sol y sombreros.

8. …y a tus manos

Las manos están constantemente expuestas a los agentes atmosféricos: el sol, el viento, el agua, la contaminación, el polvo, etc. Por otro lado, las actividades estivales hacen que la piel esté más seca y sea más propensa a desarrollar arrugas Una buena crema el cuidado de manos te ayudará a mantenerlas hidratadas y protegidas

9. Mantén los labios hidratados

La piel de los labios no tiene glándulas sudoríparas y, por eso, no cuenta con la misma protección que el resto de la piel. Esto explica por qué labios se secan más rápido y se agrietan más fácilmente. Los labios resecos se envejecen más rápido y se vuelven más delgados. Para mantener los labios gruesos e hidratados, elige un bálsamo labial a base de aceites naturales.

10. Evita las bebidas azucaradas

Siempre hay que procurar una buena hidratación del organismo, lo que se consigue tomando un mínimo de 1,5 litros de agua al día. Sobre todo, en verano, cuando el calor aprieta. Sin embargo, y aunque te apetezcan más que nunca, evita los refrescos y bebidas con azúcar. No solo favorecen la deshidratación, sino también la aparición de celulitis en glúteos, caderas, muslos y brazos.

¿Es bueno depilarse con láser en verano?

¡Así es! Los tratamientos de depilación láser se pueden realizar durante todo el año. Solo deberían evitarse en el caso de las personas que tienen la piel bronceada. Si tomas el sol con precaución y te depilas zonas que habitualmente no están expuestos al sol, como axilas o inglés, no hay ningún problema. Por otro lado, también puede tomarse el sol después de la depilación láser, si bien es posible que la piel esté más sensible que antes de iniciar el tratamiento. De todos modos, si quieres eliminar el vello no deseado de forma permanente, en nuestros centros de medicina estética te daremos la información que necesitas para que puedas depilarte de la forma más segura, cómoda y eficaz.

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