La inducción de colágeno es una técnica estética que tiene como objetivo revitalizar la piel mediante la estimulación de la producción de colágeno, una proteína crucial para mantener su firmeza y elasticidad. A través de la aplicación de agentes bioestimulantes como el ácido poliláctico o la hidroxiapatita cálcica, se desencadena una respuesta regenerativa en las capas profundas de la piel. El proceso es gradual, ya que el cuerpo necesita tiempo para generar nuevo colágeno, lo que resulta en una mejora progresiva de la textura, densidad y volumen cutáneo, aportando beneficios de larga duración frente a los signos del envejecimiento.