Nos encontramos en pleno invierno y, como es lógico, los días de frío y mal tiempo son más que habituales. En estas fechas pensamos que la operación bikini aún está muy lejos. Es fácil caer en la tentación de olvidarnos de cuidar adecuadamente la piel, ya que la exponemos menos que en verano. Pero, ¿por qué has de renunciar a lucir una piel perfecta y sana en invierno también?

Sentirte guapa, con una piel perfecta, suave y depilada, te ayudará a obtener más seguridad en ti misma y a disfrutar del invierno a tope, con todas las ventajas que nos ofrece.

Pero, ¿sabes cuáles son los enemigos de nuestra piel en esta época del año? Te ayudamos a detectarlos, a combatirlos y prevenirlos con eficacia.

Calefacciones

Las calefacciones influyen en el estado de nuestra piel. Las temperaturas altas y los cambios bruscos de temperatura, ocasionan agresiones cutáneas provocando que la piel luzca enrojecida e irritada. Solemos conectar la calefacción con el termostato en un rango de 22º a 25º en invierno.

Sin embargo la temperatura aconsejada para conservar una piel perfecta es de 17º a 20º y la humedad debe mantenerse al 50%. No es aconsejable que pases frío, ya que puede ocasionar problemas de otro tipo, pero sí es importante que no subas en exceso tu calefacción y que utilices humidificadores para aumentar la humedad del ambiente.

El clima

El aire frío y seco elimina los aceites naturales de la piel y como consecuencia, ésta se irrita provocando lo que comúnmente se denomina “quemaduras por el viento”. Para evitar estas irritaciones, protégete del frío, pero cuidado con la lana, ya que en contacto con la piel puede ocasionar picores e irritarla.

Hidrátate siempre antes de salir a la calle sin excepción, y no solo la zona facial, no olvidemos que las manos también sufren las inclemencias del tiempo; hidrátalas y protégelas con guantes.

El sol

Aunque estemos en invierno el sol sale todos los días, no lo olvidemos, y puede provocar sequedad, manchas solares, arrugas o melanomas en nuestra piel. Tendemos a olvidarnos de protegerla en invierno, porque pensamos que la radiación solar no es dañina en esta época. Nada más lejos de la realidad, los rayos UVA y UVB atraviesan incluso la capas de nubes, por lo que debemos aplicarnos cremas o maquillajes con protección solar todos los días del año.

Nutrición y falta de líquidos

En invierno tendemos a consumir alimentos más calóricos y a reducir la ingesta de otros que relacionamos con épocas más calurosas,  por ejemplo las ensaladas cuyo ingrediente más habitual, la lechuga, contiene un alto contenido en agua. En esta época sentimos menos sed y tomamos menos líquidos, pero esto no quiere decir que no los necesitemos, el cuerpo está compuesto en un 60% de agua y ésta es parte fundamental para la hidratación de tu piel.

Por ello, introduce en tu dieta alimentos con alto contenido en agua, como la lechuga, el pepino, el tomate, el apio o la espinaca. Sin olvidar la importancia de consumir frutas que además de hidratar contienen muchas vitaminas beneficiosas, pudiendo consumirlas enteras o en zumo, por ejemplo; el kiwi, la manzana, la papaya, las uvas o la naranja.

Y no te olvides de beber los 2 litros diarios de líquido que los expertos en nutrición aconsejan para estar saludables. Además de agua puedes tomar tés, zumos, caldos o café.

Baños muy calientes y abundantes duchas

La temperatura muy alta del agua del baño causa flacidez en la piel y la reseca, por lo que el agua ha de estar tibia o templada. Por otro lado, es más conveniente la ducha que el baño ya que la inmersión proporciona mayor sequedad en la piel.

Si aun así eres fan de un buen baño, evita permanecer mucho tiempo en el agua. No te duches tampoco demasiado, lo ideal para la piel es ducharse cada dos días con un jabón neutro y secándose sin frotar, sin dejar ninguna zona húmeda. A continuación, aplícate tu leche hidratante por todo el cuerpo para hidratar tu piel.

La falta de constancia

Este último enemigo somos nosotras mismas. La vida de invierno, más ajetreada y estresante que la de verano, nos lleva a olvidarnos de los cuidados propios que nuestra piel necesita y a no ser constantes en su hidratación.

Para lucir una piel perfecta y suave este invierno, no te olvides de limpiarla adecuadamente e hidratarla bien todos los días. Sé constante y tu piel te lo agradecerá.

Así que, ya sabes, este invierno no descuides tu piel y cuídala como se merece. Siguiendo estos consejos y tu tratamiento en tu Centro Grupostop, ahora, también en invierno ¡lucirás irresistible!

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